Rafael Paternoster, arte sobre 8 ruedas
Por Prensa Once Unidos
22/11/2019
Para quienes no lo conocen, Rafael Paternoster, es un virtuoso del patín artístico de nuestro club.Entrena bajo la mirada atenta de la profesora Natalia Ferrari, y al hacerlo transmite la pasión que siente con esta disciplina, a cada persona que se detiene para observarlo. Lo hace parecer fácil…
Nació en la ciudad de Tandil, en un barrio cerca de la estación, y llegó al patín de una forma extraña. “Era muy chico, fue una travesura. Tenía 10 u 11 años y mi papá era muy estricto con el tema del estudio. Me mandaban a mecanografía, y yo odiaba estar ahí sentado frente al teclado “
Continua recordando:
“Vivía cerca del club Ferro y yo veía a los chicos que pasaban con los patines colgados del hombro. Hasta que un día me dicen: no vayas a mecanografía, vení a patinar con nosotros. Y fui. Lógicamente a mi segunda ausencia, la profesora llamó a mis padres…..y tuve mi castigo”
Explica que nunca dijo que iba a ver patín, por miedo a que le dijeran que no era un deporte de hombres. Pero que cada vez que podía pedía patines a sus padres, hasta que aparecieron en su vida sus primeros patines con ruedas naranjas, con los que se dio varios golpes en el patio de su casa. Aclara que no era el patín que se hace en la actualidad, sino que daban vueltas, saltaban sillas y mesas…porque no tenían profesores y confiesa “en esa época se aprendía solo”
Recuerda que empezó muy de a poco, que cuando vio una demostración de una pareja sub campeona argentina, se sorprendió de todo lo que se podía hacer sobre esas ocho ruedas.
“Pasó el tiempo y comencé a venir a Mar del Plata, ver patines diferentes, botas…hasta que conocí gente que me convenció de competir. Como Tandil no tenía federación, yo competía por esta ciudad y estaba feliz”.
Llegaron los estudios superiores y el patín quedó de lado, hasta que en el 2010, un gran stress lo hace bajar la intensidad con la que realizaba su trabajo en una escuela con sus alumnos…prueba natación pero se aburre, gimnasio igual, hasta que le sugieren retomar patín.
Admira a muchos patinadores de antes y actuales: Chiara Sartori, Rafaella Del Vinaccio, Rebeca Talarsi, Luca Lucaroni, Tania Romano, Roberto Rivas, Sandro Guerra y Cecilia Liendo.
Lo demás es historia reciente, como su participación en el último Campeonato Argentino de Danza y Free, en el cual logró doble medalla de plata.
Cuando prepara un torneo sale a caminar, y realiza una dieta sana y equilibrada, aunque reconoce que la ansiedad lo puede cuando se acerca una presentación importante.
Opina que el patín artístico no es una disciplina solo para mujeres. Es un deporte mixto como cualquier otro deporte…como el patín carrera, voley, handball, fútbol, o básquet.
“Yo iba al patinódromo, estaba en otro club y veía a las chicas de danza…pensaba que lindo, pero no es fácil. En eso aparece Nadia Ortiz. Yo no sabía en ese momento muy bien quien era. Yo lo único que veía era alguien que volaba en la pista, que era una gacela, una diosa y me dije…quiero eso… Nadia me dio clases, y yo quería estar en Once Unidos” .
Para finalizar le pedimos que nos hable de su entrenadora, Natalia Ferrari. Fue lo que más le costó responder. Hubo que escuchar varias veces sus audios ya que la emoción hacía que se le quebrara la voz con solo mencionarla.
“Así llego a Natalia. Sabía que era exigente, pero me gusta la exigencia y empecé a entrenar en el club. Me enamore, me empecé a sentir identificado con él, cosa que en la vida solo me paso dos veces, con Gimnasia en Tandil y acá. Mis compañeras y compañeros de danza, todos…me enamoré de este club y su gente. Yo siento devoción y solo hace un año que estoy, pero el sentido de pertenencia es muy grande”.
“Siempre estoy con la ropa de Once Unidos…la gente en la calle me pregunta si trabajo en el club…, les digo yo soy deportista de Once”. Me siento parte, sintetizó.
