Psicología: neurociencia y emociones



En estos tiempos de aislamiento, es importante saber que pasa con nuestras emociones. El confinamiento que todos estamos realizando se prolonga y los cambios repentinos de estados de ánimo se hacen cada vez más visibles.

Dialogamos con la Licenciada Silvina Posada, psicóloga de nuestro club para abordar estos temas, tratando de comprenderlos y en lo posible, para aprender como entrenar nuestras emociones.

“La neurociencias, explicó la licenciada, son en verdad un conjunto de disciplinas científicas que estudian el sistema nervioso central y el funcionamiento y la estructura del cerebro. Todas estas disciplinas, nos dan muchas respuestas y un marco científico muy importante a la hora de pensar las emociones, de pensar como aprende un niño, de entender una gran variedad de comportamientos que desde la psicología se visualizan, pero que con la neurociencia, se encuentra un marco científico muy sólido, que corrobora esto que nosotros veníamos viendo”.

El tema de las emociones es muy importante en los chicos, y toma mayor relevancia por ejemplo, en momentos de cuarentena,confinamiento o aislamiento obligado“.

Consultada acerca de las consecuencias que este aislamiento puede ocasionar en las emociones de los niños expreso: “ En sí una cuarentena o un aislamiento obligatorio por si solo no genera emociones determinadas, sino que estas emociones van a ser producto de lo que uno piense de esta situación, del significado que cada uno le dé a una situación. Si yo pienso que es una situación buena, que me da nuevas oportunidades, que tengo un clima positivo en mi familia, un lugar donde se hacen actividades y los papás se preocupan de que el día de estos niños- que deben permanecer encerrados- sea un día donde se puedan realizar actividades en familia donde diariamente hay diferentes propuestas, esta experiencia seguramente va a ser buena y va a despertar emociones positivas en el niño. Como contrapartida, si en ese hogar hay un nivel de estrés muy elevado ,  ciertas actitudes violentas o situaciones poco confortables, clima hostil, donde no hay lugar para el niño porque aunque estemos todo el día juntos, no se realizan actividades en común o no le dedican un tiempo exclusivo para que los nenes jueguen con ellos, allí seguramente esta situación les despierte a los más chicos emociones negativas”.

“Debemos tener en cuenta que las emociones se contagian, ya que cuando vemos que los padres tienen emociones negativas, los niños seguramente van a vivenciar esas mismas emociones. Esto tiene que ver con otros conceptos que ya hablaremos en una próxima nota, que son las neuronas en espejo, que son las que posibilitan esto. Son las neuronas de la empatía, son aquellas que hacen que de alguna manera se contagien estas emociones. Por eso decimos que en una pandemia pasa un poco esto, cuando vemos que la gente se empieza a alterar o se empieza a poner demasiado nerviosa, vemos que hay como un efecto dominó y todos caemos en esas mismas emociones o viceversa”.

“Esto tiene una explicación también desde la neurociencia y por eso  es muy importante que los adultos generemos sensaciones positivas, porque obviamente estas emociones contagian y de esa manera los niños van a sentir en sintonía con lo que sienten los papás y demás integrantes de la familia”.

La licenciada continuó hablando acerca de  cómo funciona el cerebro emocional, y así nos lo explicó: “ El cerebro emocional que tenemos todos los humanos, termina de madurar a los once años de edad. Es decir que un niño a esa edad tiene todo un abanico de emociones que una persona pueda sentir. A esa edad el niño, lógicamente es chico  y se le dificulta mucho el poder procesar estas emociones. Por eso a veces vemos que no saben gestionarlas de una manera positiva, y comienzan los caprichos o situaciones de frustración muy grande”.

“Es sumamente importante que en esta etapa los adultos los ayudemos en esta educación emocional y lograr que los chicos puedan poner en palabras eso que están sintiendo. Es importantísimo que puedan decir lo que les pasa y que puedan etiquetar esas emociones hablando de ellas. También  nosotros como adultos debemos habilitarlos desde lo emocional. Y para lograr esto, si ese niño está triste no debemos decirle que no lo esté. Debemos habilitarle esa emoción porque así él va a poder expresarse. A los padres, no nos gusta ver a nuestros hijos tristes pero es una emoción saludable, y hay que ayudarlos para que puedan poner esa emoción en palabras”.

Hay algunas diferencias entre el cerebro de una mujer o un hombre, pero ninguna de ellas tiene que ver con lo emocional, sin embargo muchas veces escuchamos decir que la mujer es más emocional. Esto responde a una cuestión netamente cultural, ya que la mujer siempre ha sido habilitada a llorar, a sentir tristeza, a demostrar mas las emociones que los hombres. Esto no responde a cuestiones cerebrales, sino que tiene que ver con creencias culturales, donde al hombre no se le permite-por suerte cada vez menos- , por ejemplo con esas frases tales como “no llores que sos un varón”  “los varones no lloran” etc. y lo fundamental es que les permitamos poner en palabras lo que está sintiendo”.

Para finalizar, continuó diciendo: “Nosotros tenemos pensamientos,acerca de determinadas situaciones y en esto tiene que ver lo que nosotros pensemos o el significado que le demos a esa emoción. Seríamos algo así como un gráfico, donde en la base podemos poner los pensamientos y nuestros sistemas de creencias, como creemos acerca de las cosas que nos pasan, del mundo, de las situaciones que atravesamos. Porque cada uno tiene un sistema de creencias determinado  y es como creemos o pensamos. Algunos lo hacen de una manera negativa, otros pueden relativizar mas las cosas, otros quizá lo dramaticen mas…Luego de los pensamientos, en ese gráfico podemos colocar las emociones, es decir que en base a lo que pensamos y en como pensamos, vamos a sentir. Si yo pienso que este confinamiento es una situación totalmente desfavorable, eso me va a generar emociones totalmente negativas y por último esas emociones me van a generar el comportamiento, es decir que yo me voy a comportar y a tener conductas acorde a como me siento, y esa manera de sentir va a responder a como yo pienso. Es fundamental que tengamos en cuenta esto: Las emociones no nos gobiernan a nosotros. Nosotros decidimos como sentirnos y que emoción vamos a expresar. Podemos dominar nuestras emociones. Y esto lo podemos hacer si cambiamos nuestra forma de pensar, es un trabajo difícil, pero vale la pena hacerlo. Cuando una persona se siente mal por determinada situación, necesita saber que piensa acerca de esa situación que le genera malestar y emociones negativas. Hay que cambiar la forma de pensar para poder modificar la forma de sentir, y poner en palabras eso que se siente,porque cuando se logra verbalizar lo que se siente, se siente menos, esa emoción se aliviana, es menor.

Hay que tener en cuenta la intensidad de las emociones negativas y positivas: ” siempre las, emociones negativas son más duraderas en el tiempo y son mucho más intensas, entonces cuando sentimos algo se encienden neuronas y si ese algo es negativo se encienden muchas más neuronas. esto hace que nos quede menos resto neuronal para , por ejemplo, realizar otras actividades.

Todo lo contrario sucede con las emociones positivas, que tienen menos duración y que son menos intensas. Por eso es que una persona en una situación negativa está mucho mas tiempo padeciendo eso que sintió, que si fuese algo positivo. Es una cuestión cerebral, el  cerebro está preparado para la supervivencia, para el miedo, para salvaguardar la vida…por eso siempre todo lo negativo para nuestro cerebro es mucho mas importante y mucho más intenso y le da más importancia, justamente porque siente que corre peligro”

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Tomás Falkner y Belisario Roldán
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